sábado, 6 de octubre de 2012

Sin pan, pero sigue el circo


Sin pan, pero sigue el circo

por Jose Alonso García-Antón
Sábado, 06 de Octubre de 2012 17:55
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Sin pan, pero sigue el circo
¿De verdad debemos seguir creyendo en partidos oficiales y liberadores, en sus promesas ensayadas en multitud de ocasiones sin que jamás cumplieran ni lograran hacer lo que prometían, cambiar las cosas de este despotismo criminal?
En esta ignorancia activa, en lugar de la razón impera sobre la imagen de un partido o individuo que promete hacernos la vida mejor y más justa el sentido del corazón. De esta manera con la razón totalmente manipulable nos conducen voluntariamente a favor de una idea que sin el sentido de la razón y la verdad, pues siempre acaba en una vez cogido el sillón de ordeno y mando en una aberrante mentira sometiendo a la mayoría social a un destino cruel del que es muy difícil escapar, pues llegados aquí es el propio gobierno el que colabora y ejecuta la torturante miseria de las masas. Además, en las primeras repulsas de leyes injustas en contra de la multitud, dicho gobierno en lugar de escucharlas acaba intensificando sus brutalidades contra la ciudadanía que lucha por los derechos sociales.
Es por esto que es hora ya de replantearnos este juego perverso de falsa democracia burguesa y considerar todo lo que significa vivir en esta dictadura del dinero, dejar de tener fe en este régimen y sus figuras representativas; pues estas figuras son las que siempre ganan en este juego perverso de falsa democracia donde se nos invita a participar  sabedores de que ellos siempre ganan, pues dicho juego tiene las cartas marcadas para que nunca jamás cambie nada teniéndolo todo atado con innumerables nudos.
Debemos dejar de participar en dicha trampa, pues si miramos los objetivos de los partidos oficiales, siempre nos sentimos defraudados por sus programas, ninguno de ellos se atreve a erradicar la condena de vivir en este infierno de régimen capitalista acabado. Sólo se contentan con miseras reformas para enfriarlo un poco, cuyos resultados nos llevan a crear más fuego arrasando a familias enteras forzándolas a descender al más profundo de los infiernos.
¿De verdad debemos seguir creyendo en partidos oficiales y liberadores, en sus promesas ensayadas en multitud de ocasiones sin que jamás cumplieran ni lograran hacer lo que prometían, cambiar las cosas de este despotismo criminal?
Debemos de luchar por los derechos públicos que nos han arrebatado mediante su violencia institucional, no podemos seguir de esta manera. No debemos permitir que siga la humillación general de la mayoría social, y en particular que a nuestros jóvenes se les condene al desierto de la inmigración forzosa, quebrando con ello su espíritu de iniciativa y riqueza para nuestra sociedad; pues ellos son nuestro relevo generacional. Todo esto aprobado y ejecutado deliberadamente por un régimen de inaudita brutalidad.

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